¡Dadme la libertad o dadme la muerte!

Patrick Henry fue una figura prominente en la historia de los Estados Unidos, conocido principalmente por su papel crucial en el movimiento independentista y por su ferviente defensa de la libertad y los derechos individuales. Aunque no hay evidencia concluyente de su afiliación masónica, se ha especulado sobre su posible pertenencia a la Masonería debido a su estrecha relación con varios masones prominentes de su tiempo y a la presencia de simbolismo masónico en su discurso y escritos.

Patrick Henry nació el 29 de mayo de 1736, en Hanover County, Virginia. Se educó de manera informal y mostró habilidades en la retórica y la oratoria desde temprana edad.

 

En 1765, Henry emergió como una figura política influyente cuando pronunció su famoso discurso contra el Acta del Timbre.  Desempeñó un papel clave en la organización y el liderazgo durante la Revolución Americana. Fue uno de los primeros en pedir abiertamente la independencia de Gran Bretaña y fue elegido para la Convención de Virginia en 1775.

 

Como miembro de la Convención de Virginia en 1776, Henry influyó en la redacción y aprobación de la Declaración de Derechos de Virginia, que luego sirvió de modelo para la Declaración de Derechos de los Estados Unidos.

 

Henry sirvió como gobernador de Virginia en varias ocasiones y también fue miembro de la Convención de Ratificación de la Constitución de Estados Unidos, donde expresó su preocupación por la falta de una declaración de derechos.

 

Aunque no se ha confirmado de manera definitiva su pertenencia a la Masonería, Patrick Henry mantuvo estrechas relaciones con varios masones prominentes de su época, incluidos George Washington y Benjamin Franklin, quienes eran miembros destacados de la Orden.

 

El simbolismo y las referencias masónicas presentes en sus discursos y escritos han llevado a especulaciones sobre su posible influencia masónica. Por ejemplo, su uso de términos como “cadenas” y “libertad” podría interpretarse en un contexto masónico, ya que estos temas son centrales en la filosofía masónica de libertad individual y justicia.

 

Aunque la relación exacta entre Patrick Henry y la Masonería sigue siendo objeto de debate, su legado como defensor de la libertad y los derechos individuales perdura hasta nuestros días, inspirando a generaciones de estadounidenses a luchar por la justicia y la igualdad.

 

El discurso histórico de Patrick Henry ante la Cámara de Delegados de Virginia el 23 de marzo de 1775, conocido por su famosa frase “¡Dadme la libertad o dadme la muerte!”, es un llamado apasionado a la acción y la resistencia frente a la opresión. Desde la óptica masónica, este discurso puede ser analizado en varios niveles, revelando conexiones profundas con los principios y valores de la Masonería.

 

En primer lugar, es importante reconocer que Patrick Henry era miembro de la Orden de la Masonería, una institución que desde sus orígenes ha abogado por la libertad individual, la justicia y la fraternidad. Su discurso refleja claramente estos ideales, ya que insta a sus compatriotas a enfrentarse a la tiranía del gobierno británico y a defender sus derechos naturales y su libertad.

 

El concepto de libertad es central tanto en el discurso de Henry como en los principios masónicos. La Masonería enseña que todos los seres humanos son iguales en dignidad y tienen derecho a vivir libres de opresión y tiranía. Henry, al declarar que prefiere la muerte a la esclavitud, enfatiza la importancia de la libertad sobre cualquier otra consideración, un valor que también es fundamental en la Masonería.

 

Además, el discurso de Henry Impacta con la noción masónica de la responsabilidad individual y la acción moral. En la Masonería, se anima a los miembros a ser ciudadanos virtuosos y a actuar con valentía en defensa de la justicia y la libertad. Henry encarna este principio al desafiar abiertamente al gobierno británico y al llamar a sus compatriotas a levantarse contra la opresión.

 

Otro aspecto destacado del discurso es su llamado a la unidad y la solidaridad. Henry apela a sus conciudadanos como “hermanos” y les insta a unirse en la lucha por la libertad. Este sentido de fraternidad y colaboración es fundamental en la Masonería, que promueve la idea de que todos los seres humanos son parte de una hermandad global y deben trabajar juntos por el bien común.

 

El simbolismo también está presente en el discurso de Henry, otro aspecto importante en la Masonería. Al referirse al sonido de las cadenas rotas y al estruendo de las armas en el campo de batalla, Henry evoca imágenes poderosas que retumban con los símbolos masónicos de la liberación y la lucha por la justicia.

 

El discurso de Patrick Henry es un testimonio conmovedor de los principios masónicos de libertad, justicia, fraternidad y acción moral. Su llamado a la resistencia contra la opresión y su defensa apasionada de la libertad resuenan con los valores fundamentales de la Masonería y siguen siendo una inspiración para las generaciones futuras.

 

Éste no es momento para ceremonias. La cuestión planteada ante la

Cámara marca un momento decisivo para este país. Por mi parte, considero que se trata, ni más ni menos, de optar por la libertad o por la esclavitud. […]

 

Hemos hecho todo lo que se podía hacer para evitar la tempestad que se aproxima. Hemos formulado peticiones, hemos protestado, hemos suplicado, nos hemos postrado nosotros mismos ante el trono, y hemos implorado su intervención para que pusiera freno a las tiránicas manos del ministerio y del Parlamento. Nuestras peticiones han sido menospreciadas, nuestras protestas han generado más violencia e insultos; nuestras súplicas han sido ignoradas y se nos ha rechazado, con desdén, desde los pies del trono. […]

 

Ya es demasiado tarde para retirarse ¡No existe retractación sino es en la sumisión y en la esclavitud! ¡Nuestras cadenas se han quebrado! El estrépito de su fractura se escucha en las llanuras de Boston. La guerra es inevitable.

Así pues, ¡dejad que venga! Repito, señor, ¡dejad que venga! Resulta vano, señor, continuar discutiendo. Los caballeros podrán gritar: ¡paz, paz!, pero la paz ya no es posible. En realidad, la guerra ya ha empezado. El próximo temporal que venga del norte traerá hasta nuestros oídos el fragor del retumbar de las armas. ¡Nuestros hermanos están ya el campo de batalla!

¿Por qué permanecemos, pues, inertes? ¿Qué es lo que los hombres de bien desean? ¿Qué es lo que quieren conseguir? ¿Es la vida tan preciada, o la paz tan dulce, como para ser comprada al precio de las cadenas y de la esclavitud? ¡Impídelo, oh Dios Todopoderoso! Ignoro cuál es la decisión que otros vayan a tomar, pero, en lo que a mí respecta, ¡dadme la libertad o dadme la muerte!”

 

Patrick Henry