“La crueldad tiene corazón humano y la envidia humano rostro; el terror reviste divina forma humana y el secreto lleva ropas humanas. Las ropas humanas son de hierro forjado, la forma humana es fragua llameante, el rostro humano es caldera sellada y el corazón humano, su gola hambrienta”
William Blake, poeta y artista visionario del siglo XVIII, ha dejado un legado perdurable a través de su obra llena de simbolismo, misticismo y una profunda crítica de la condición humana. La frase “La crueldad tiene corazón humano y la envidia humano rostro; el terror reviste divina forma humana y el secreto lleva ropas humanas. Las ropas humanas son de hierro forjado, la forma humana es fragua llameante, el rostro humano es caldera sellada y el corazón humano, su gola hambrienta” encapsula una visión sombría de las emociones y comportamientos humanos, vistos a través de la lente de la crueldad, la envidia, el terror y el secreto.
Desde un enfoque masónico, esta frase puede ser interpretada como un reflejo de las enseñanzas y simbolismos inherentes a la orden masónica. La masonería, rica en simbolismo y alegoría, busca desentrañar los misterios del ser humano y su lugar en el universo, promoviendo la superación personal y la búsqueda de la verdad. A continuación ofrecemos un análisis masónico profundo de cada parte de la frase de William Blake.
“La crueldad tiene corazón humano”
Blake identifica la crueldad como un rasgo inherente al ser humano, personificándola con un corazón humano. Desde una mirada masónica, el corazón simboliza la fuente de nuestras emociones y deseos. La crueldad, entonces, es vista como una manifestación de los defectos y vicios que los masones buscamos erradicar mediante la práctica de la virtud y el autocontrol.
En la masonería, el trabajo en la “piedra bruta” representa el esfuerzo por eliminar las imperfecciones de uno mismo, simbolizando la lucha contra la crueldad y otras pasiones negativas. La enseñanza masónica enfatiza la importancia de desarrollar un corazón puro y compasivo, cultivando el amor fraternal y la benevolencia.
“La envidia humano rostro”
La envidia es otra emoción negativa que Blake atribuye a la naturaleza humana, dándole un “rostro humano”. En la masonería, el “rostro” simboliza la identidad y la manera en que uno se presenta ante los demás. La envidia, al igual que la crueldad, es un vicio que debe ser controlado y transformado en virtudes como la gratitud y la generosidad.
Los masones aprendemos a reconocer y controlar la envidia a través de la introspección y la práctica de la caridad, entendida no solo como ayuda material sino también como un esfuerzo por alegrarse por los logros y la felicidad de los demás. La envidia corroe la armonía y la unidad, valores fundamentales en la fraternidad masónica.
“El terror reviste divina forma humana”
Blake sugiere que el terror adopta una forma humana divina, lo cual puede interpretarse como una crítica a cómo el miedo y la intimidación son utilizados por aquellos en posiciones de poder. En la masonería, la “divina forma humana” puede simbolizar el potencial divino inherente a cada individuo, creado a imagen y semejanza del Gran Arquitecto del Universo.
Sin embargo, cuando el terror toma esta forma, pervierte su divinidad. Los masones somos llamados a enfrentar y superar el miedo a través del conocimiento, la sabiduría y la valentía, entendiendo que el verdadero poder radica en la capacidad de inspirar amor y respeto, y no miedo.
“El secreto lleva ropas humanas”
El secreto, un concepto clave en la masonería, es representado con “ropas humanas”. Los secretos masónicos no son meramente ocultos por el placer de lo oculto, sino que son velados para ser revelados gradualmente, según el grado de comprensión y preparación del iniciado. En este contexto, las “ropas humanas” simbolizan el aspecto exterior del conocimiento esotérico que solo se desvela a través del esfuerzo y la dedicación.
Los secretos masónicos son enseñanzas profundas sobre la vida, la muerte, la moral y la naturaleza del universo. Este conocimiento, protegido y transmitido a través de generaciones, debe ser manejado con integridad y sabiduría.
“Las ropas humanas son de hierro forjado”
Blake describe las “ropas humanas” como de “hierro forjado”, indicando dureza y rigidez. En la masonería, el hierro puede simbolizar tanto la fuerza como la opresión. Las “ropas de hierro forjado” pueden representar las limitaciones y restricciones impuestas por las estructuras sociales y las propias debilidades humanas.
La masonería enseña a liberar la mente y el espíritu de tales restricciones, promoviendo la búsqueda del conocimiento y la verdad para trascender estas limitaciones.
“La forma humana es fragua llameante”
La “fragua llameante” sugiere un proceso de transformación y purificación a través del fuego. En la masonería, el fuego simboliza la pasión, el fervor y el proceso alquímico de la transmutación espiritual. La “fragua llameante” puede representar las pruebas y tribulaciones que forjan el carácter y la moral del individuo.
Los masones buscan transformarse a través del fuego del conocimiento y la experiencia, purificando sus almas y perfeccionando sus virtudes en un constante proceso de mejora personal.
“El rostro humano es caldera sellada”
La “caldera sellada” puede simbolizar el misterio y la profundidad del alma humana, que guarda dentro de sí tanto potencial para el bien como para el mal. En la masonería, el rostro también representa la identidad y la honestidad con la que uno debe vivir y actuar.
La caldera sellada puede indicar la necesidad de introspección y el esfuerzo por desentrañar los secretos internos para lograr la verdadera sabiduría y comprensión de uno mismo.
“El corazón humano, su gola hambrienta”
El “corazón humano” siendo una “gola hambrienta” sugiere un deseo insaciable, posiblemente de poder, conocimiento o satisfacción emocional. La masonería enseña a los individuos a reconocer y controlar estos deseos a través de la práctica de la moderación y la virtud.
El “corazón” en la masonería es un símbolo del amor y la compasión, y su “hambre” puede representar la búsqueda de significado y propósito que impulsa al ser humano. La enseñanza masónica guía a sus miembros a canalizar ese hambre hacia el servicio y el bienestar de la humanidad.
La frase de William Blake refleja una comprensión profunda de la naturaleza humana y sus múltiples facetas, tanto oscuras como potencialmente redentoras. Desde nuestro enfoque masónico, cada elemento de la frase puede ser interpretado como una lección sobre los vicios y virtudes que los masones buscan entender y equilibrar en su camino hacia la iluminación.
La masonería, con su rica tradición simbólica y su énfasis en la superación personal, ofrece una perspectiva única sobre las palabras de Blake. A través de sus rituales, enseñanzas y filosofía, la masonería proporciona las herramientas para transformar la “crueldad”, la “envidia”, el “terror” y el “secreto” en compasión, gratitud, valentía y sabiduría, forjando así una vida de significado y propósito.