“Como las constelaciones trazan su curso en la bóveda celeste, así el iniciado sigue el sendero de la sabiduría, guiado por los signos del zodiaco que revelan los misterios del alma y del cosmos”
La masonería, como orden iniciática, ha heredado sabidurías antiguas donde, el universo es un libro abierto. El zodiaco, con sus doce constelaciones, no es solo un mapa estelar, sino un espejo de las leyes que rigen tanto el cosmos como a todos los seres vivientes del planeta. El techo decorado con nubes, estrellas, la luna y el sol, y los signos zodiacales nos recuerdan que el templo es un microcosmos, o sea un reflejo del macrocosmos, de su constructor y de lo divino en nuestro ser.
A tener en cuenta 3 puntos:
1- Cada signo es una etapa en el camino de autoconocimiento. Así como el Sol atraviesa las constelaciones, la LUZ masónica avanza desde la oscuridad de la ignorancia, hacia el despertar de la sabiduría, todo eso reflejado en las diversas etapas que vive el masón dentro de la orden.
2- Los doce signos, con sus elementos (fuego, tierra, aire, agua) y sus cualidades únicas, simbolizan la diversidad de los hermanos, unidos en la búsqueda de un ideal común: la verdad.
3- El círculo zodiacal, perfecto y eterno, evoca la armonía cósmica que la
masonería busca emular mediante sus rituales, la rectitud moral y el trabajo constante.
Profundicemos ahora en cada signo, no como simples constelaciones, sino
como maestros simbólicos que guían nuestro crecimiento dentro de la órden:
- Aries (21 marzo – 19 abril) El carnero, simboliza el impulso inicial, la chispa que enciende el deseo de buscar la luz. Para el Aprendiz, representa el coraje de dar el primer paso en la oscuridad, tallando su piedra bruta con determinación.
- Tauro (20 abril – 20 mayo) El toro, arraigado en la tierra, enseña la importancia de la constancia. En nuestra Orden, nos recuerda que solo con trabajo paciente se construyen cimientos sólidos.
- Géminis (21 mayo – 20 junio) Los gemelos, simbolizan el equilibrio entre razón y emoción, materia y espíritu. Para el masón, es un llamado a armonizar los opuestos: la escuadra (la rectitud) y el compás (la trascendencia).
- Cáncer (21 junio – 22 julio) El cangrejo, con su caparazón, simboliza la logia: un espacio donde nutrir el alma y proteger a los hermanos, recordando que la fraternidad es nuestro refugio.
- Leo (23 julio – 22 agosto) El León, regido por el Sol, Leo representa la generosidad del Maestro que guía sin soberbia. Su lección es clara: el verdadero poder no se ejerce, se irradia mediante el ejemplo y el servicio..
- Virgo (23 agosto – 22 septiembre) La virgen, con la espiga simboliza el detalle y la humildad en el trabajo. Nos enseña que hasta el gesto más pequeño, si es sincero, contribuye a la Grande Obra
- Libra (23 septiembre – 22 octubre) La balanza, pide rectitud en pensamiento y acción. En debates masónicos, Libra nos recuerda que la sabiduría está en escuchar todas las voces antes de decidir.
- Escorpio (23 octubre – 21 noviembre) El escorpión, capaz de renacer de su veneno, simboliza la muerte del ego. Es el viaje al interior de la cámara de reflexiones, donde el viejo ego se desvanece para dar paso a un nuevo hombre.
- Sagitario (22 noviembre – 21 diciembre) El arquero, apunta su flecha hacia lo alto, como el masón que anhela trascender. Sagitario nos impulsa a estudiar, viajar y cuestionar, pues la verdad no tiene fronteras.
- Capricornio (22 diciembre – 19 enero) La cabra, que escala montañas enseña que los ideales requieren disciplina. Capricornio simboliza la cumbre ética: un liderazgo que eleva, no que domina.
- Acuario (20 enero – 18 febrero) El aguador, que comparte el líquido vital representa la utopía masónica: un mundo donde el conocimiento libera y donde la filantropía es esencial para el crecimiento.
- Piscis (19 febrero – 20 marzo) Los peces, nadando en direcciones opuestas simbolizan la unión de lo material y lo espiritual. Piscis cierra el ciclo, enseñando que la sabiduría final es amar sin condiciones
Finalizando. Estos doce signos no son meras figuras en un techo, sino invitaciones a mirar hacia arriba y hacia dentro. Cada uno, con su lección y virtud, nos guía en la construcción del templo interior, piedra a piedra. La masonería y el zodiaco son un viaje donde el autoconocimiento es parte de la finalidad.