“Las columnas como guardianas de los templos”
Desde los albores de la civilización, las columnas han sido elementos arquitectónicos fundamentales en la construcción de templos y espacios sagrados. Su presencia no solo responde a una función estructural, sino también a un simbolismo profundo que trasciende las culturas y los tiempos. Exploraremos la simbología de las columnas en los templos desde una mirada histórica y filosófica y el análisis de diferentes especialistas.
Las columnas en los albores de la civilización
Las columnas aparecen en las primeras grandes construcciones humanas, como los templos de Göbekli Tepe (c. 9500-8000 a.C.), considerado uno de los primeros centros religiosos de la humanidad. Estas estructuras talladas en piedra no solo servían como soporte, sino que también estaban decoradas con grabados de animales y figuras humanas, lo que sugiere un vínculo simbólico con el cosmos y las fuerzas naturales.
En Mesopotamia, Egipto y Grecia, las columnas evolucionaron para convertirse en elementos icónicos. Según el egiptólogo John Anthony West, las columnas egipcias, que a menudo imitaban la forma de árboles de papiro o de loto, eran una representación del “eje cósmico”, un símbolo de conexión entre la tierra y el cielo. Este concepto se mantendría en diversas tradiciones, incluyendo la masónica.
Fuerza y estabilidad
La dualidad de las columnas se encuentra profundamente arraigada en la tradición simbólica universal. Como lo señala Mircea Eliade en su obra “Lo sagrado y lo profano”, las columnas actúan como “ejes del mundo”, conectando lo terrenal con lo divino. En su dualidad, representan principios complementarios:
Fuerza y estabilidad: Las columnas son pilares que soportan y equilibran, evocando la fortaleza y la resistencia necesarias para mantener el orden cósmico. Muchas tradiciones colocan columnas en pares, simbolizando la oposición y la complementariedad, como el día y la noche, lo masculino y lo femenino, o el bien y el mal.
En los templos griegos, como el Partenón, las columnas dóricas, jónicas y corintias representaban no solo estilos arquitectónicos, sino también valores filosóficos y sociales: la simplicidad, la gracia y la riqueza decorativa.
El simbolismo de las columnas en la tradición judeocristiana
El templo de Salomón, descrito en la Biblia, es uno de los ejemplos más influyentes de la simbología de las columnas en la tradición occidental. Según el relato bíblico, las dos columnas principales del templo, tenían un significado especial.
Ambas columnas, decoradas con capiteles de bronce, no solo tenían una función arquitectónica, sino que servían como guardianas del templo, delimitando el espacio sagrado y marcando la transición entre el mundo profano y el divino.
Las columnas en la tradición masónica
La Masonería, como heredera simbólica de las tradiciones constructivas y espirituales de la antigüedad, otorga un significado especial a las columnas. Estas dos columnas se encuentran representadas en los templos masónicos y son esenciales para comprender la estructura simbólica de la Orden.
Según Albert G. Mackey en su obra “Enciclopedia de la Francmasonería”, estas columnas simbolizan la dualidad que los masones deben equilibrar en su camino de perfección. Una representa la estabilidad y la espiritualidad, mientras que la otra es la fuerza que impulsa la acción en el mundo material. En conjunto, evocan la idea de que la armonía solo puede lograrse uniendo lo espiritual y lo material, el pensamiento y la acción.
“Estas columnas, situadas en las logias, actúan como recordatorios constantes de los principios que guían a los masones en su búsqueda de la verdad y la sabiduría”
Interpretaciones contemporáneas
Especialistas en simbología, como René Guénon, argumentan que las columnas son símbolos universales de trascendencia y conexión con el principio supremo. En su obra “El simbolismo de la cruz”, Guénon menciona que las columnas, como ejes verticales, representan la posibilidad de ascender desde el plano material hacia el espiritual.
Por otro lado, Carl Gustav Jung, en su análisis de los arquetipos, sostiene que las columnas son representaciones del “sí mismo”, ese centro de equilibrio interno que permite al ser humano mantenerse firme ante los desafíos de la vida.
Las columnas como guardianas eternas
A lo largo de la historia, las columnas han trascendido su función arquitectónica para convertirse en guardianas de los templos y símbolos de principios universales como la dualidad, la fortaleza, el equilibrio y la trascendencia. Desde los primeros templos de la humanidad hasta los actuales templos masónicos, estas estructuras evocan la conexión entre el hombre y lo divino, y nos recuerdan la necesidad de buscar el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, el conocimiento y la acción.
En el enfoque masónico, las columnas no solo representan el soporte material del templo, sino también los valores esenciales que sostienen la construcción simbólica del iniciado: la fortaleza para resistir las adversidades y la estabilidad para mantenerse firme en la búsqueda de la luz.
“Como guardianas eternas, las columnas nos invitan a reflexionar sobre el equilibrio y la trascendencia, elementos esenciales en el camino del perfeccionamiento humano”