La moral tiene criterios estéticos

“Si matas a una cucaracha eres un héroe, si matas a una hermosa mariposa eres malo. La moral tiene criterios estéticos”

La frase, atribuida a Nietzsche, pone de manifiesto una profunda reflexión sobre cómo los juicios morales, que deberían fundamentarse en principios éticos universales, a menudo están influenciados por criterios superficiales, como la belleza o la repulsión.

La estética como criterio moral

En la frase se observa un contraste entre dos juicios morales: la eliminación de una cucaracha y la de una mariposa. Ambos actos son esencialmente el mismo (destrucción de una vida), pero la valoración ética varía según la percepción estética de los animales involucrados.

La cucaracha”, asociada con la suciedad y la repulsión, es vista como una amenaza, justificando su exterminio. “La mariposa”, símbolo de belleza y fragilidad, despierta compasión y culpa al ser dañada.

Desde el enfoque masónico, podemos interpretar que este fenómeno revela un sesgo en la moralidad humana, donde la apariencia influye más que la esencia. La masonería enseña a sus miembros a mirar más allá de las apariencias, buscando la verdad interna y esencial en cada ser y situación.

La moral y la subjetividad del juicio

La moral, lejos de ser absoluta, está condicionada por factores culturales, sociales y emocionales. Nietzsche, en su obra “Más allá del bien y del mal”, critica la moral tradicional por ser una construcción social que responde a necesidades contextuales más que a principios universales. Desde esta óptica, el juicio moral hacia la cucaracha y la mariposa no es objetivo, sino una proyección de valores estéticos y culturales. Para la masonería, este fenómeno invita a reflexionar sobre cómo nuestras decisiones éticas deben trascender los prejuicios externos y basarse en una comprensión profunda de los principios de justicia y equidad.

Immanuel Kant sostenía que la belleza, en tanto que despierta un sentimiento desinteresado, tiene un vínculo con la moralidad. Sin embargo, en su sistema ético, el deber moral no depende de las apariencias, sino de principios racionales universales. La diferencia de trato entre una cucaracha y una mariposa revela un fallo en nuestra capacidad de actuar según máximas las máximas de Kant, permitiendo que el prejuicio estético contamine nuestras decisiones éticas.

Para Friedrich Nietzsche, la moral convencional está plagada de hipocresías y contradicciones, y la influencia de la estética en los juicios éticos es una de ellas. Él nos invita a trascender estas dicotomías y a construir valores propios, donde el juicio no dependa de normas impuestas ni de criterios triviales como la apariencia.

Arthur Schopenhauer  argumenta que la moral auténtica surge de la compasión hacia todo ser viviente, independientemente de su apariencia. Desde esta perspectiva, tanto la cucaracha como la mariposa merecen el mismo respeto, pues ambas son expresiones del sufrimiento universal.

El concepto de justicia

Para el masón, el juicio moral debe alinearse con el principio de justicia, simbolizado por la escuadra y el compás. Estos instrumentos nos recuerdan que debemos medir nuestras acciones con equidad y ajustar nuestras decisiones según principios trascendentes, no según emociones pasajeras o prejuicios estéticos.

La dualidad estética y moral en la vida humana

La frase también refleja una verdad más amplia sobre la naturaleza humana: nuestra tendencia a valorar más lo que nos parece bello o atractivo. Esta dualidad plantea preguntas fundamentales: ¿Es justo basar nuestras acciones en percepciones superficiales? ¿Hasta qué punto nuestra percepción de lo “bello” o “repulsivo” está condicionada por influencias culturales y no por una auténtica conexión con la esencia de lo juzgado?

Los masones, al buscar “pulir la piedra bruta”, nos invita a trabajar sobre estos condicionamientos, superando el juicio superficial y alcanzando una visión más profunda y equilibrada.

El simbolismo de la mariposa y la cucaracha

Desde un enfoque simbólico masónico, tanto la mariposa como la cucaracha tienen significados que trascienden su apariencia física: La mariposa, con su proceso de metamorfosis, simboliza la transformación espiritual y la capacidad de trascender las limitaciones materiales. Representa la belleza del alma que ha alcanzado la luz.  La cucaracha, aunque despreciada, es un símbolo de resiliencia y adaptación. Su capacidad para sobrevivir en condiciones adversas nos enseña sobre la fortaleza y la resistencia en la lucha contra las adversidades.

Ambos símbolos, cuando se interpretan desde una mirada iniciática, nos muestran que la apariencia externa no define el verdadero valor de un ser o su lección para el iniciado.

Hacia una moral iluminada

La frase “La moral tiene criterios estéticos” nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de nuestros juicios y a buscar una moralidad más auténtica y trascendente. Desde una la mirada masónica, este camino requiere:

Superar los prejuicios externos aprendiendo a ver más allá de la superficie, entendiendo la esencia de cada ser.  Practicar la justicia universal tratando a todos los seres con equidad, sin discriminar por su apariencia o utilidad percibida.  Buscar la verdad interna, como masones, estamos llamados a trabajar en la introspección y la purificación de nuestra propia “piedra”, evitando caer en los juicios superficiales que la sociedad fomenta.

La masonería nos enseña que lo bello y lo feo son percepciones pasajeras, mientras que la verdad y la justicia son eternas.

“Al trascender los criterios estéticos, podemos construir una moralidad más iluminada, digna de los ideales que la fraternidad busca perpetuar”