¿A quién se le habrá escapado las cosas de las manos?, ¿Se le habrá escapado de las manos?
¿Habrá escondido en algún rincón del alma el suficiente cinismo para planear escenarios de guerra?, ¿Por qué aceptar discursos violentos?
Tantas respuestas no encontradas, como preguntas formuladas. La guerra no tiene explicación.
Hace pocos días, leía estupefacto un discurso de un presidente populista que decía algo así: …”las espadas estarán preparadas…”; en el marco de un discurso demagógico en grado superlativo. El blanco de sus pullas era una nación mucho más poderosa.
En tanto su país va incrementando la exclusión y la pobreza, el belicoso mandatario inventa un enemigo e impulsa la herramienta del fracaso: la guerra.
En tanto, en Irak, estalla la guerra civil.
Recuerdo un reportaje radial que hice telefónicamente a la corresponsal de guerra en Bagdad Karen Marón (corresponsal argentina con amplia experiencia en la cobertura de conflictos. Los relatos de Palestina, Colombia, Perú, Chipre y, por supuesto, Irak, han centrado sus crónicas). Terminé la entrevista de modo poco profesional: llorando.
El detonante fue el momento en que hablamos de los huérfanos de la guerra. Miles de niños que quedan condenados a una vida sin el amor de sus padres y familias, amputados, tullidos, masacrados.
¿Existe una sola razón que justifique el sufrimiento de un niño?
Le propongo, querido lector, que repita como un mantra, una frase que he convertido en mía:
“La violencia es una sola y la respuesta es NO”.
Vayan, a modo de ejemplo, algunos hombres que no se resignaron al belicismo y que; espero, nos sirvan de inspiración:
Masones que han dedicado su vida a la Paz
Frédéric Passy (1822-1912), Nobel de la Paz en 1901 compartido con su hermano Jean Henry Dunant. Fundador de la Sociedad Francesa de Arbitraje Internacional y de la Liga Internacional de la Paz. Francés.
Jean Henry Dunant (1828-1910),
Nobel de la Paz en 1901. Fundador de la Cruz Roja Internacional. Es famoso su libro “Fraternidad y Caridad Internacional en tiempos de Guerra”. Muere en la miseria después de dedicar toda su fortuna en favor de la humanidad. Suizo.
Theodore Roosevelt (1858-1919), Nobel de la Paz en 1906 por su intervención en el fin de la guerra ruso-japonesa. Presidente de los Estados Unidos y Presidente de la Corte Suprema de Justicia de su país, quien advirtiendo el peligro de la primera guerra mundial, recorrió Europa entera predicando en favor de la paz. Norteamericano.
Alfred Hermann Fried (1864-1921),
Nobel de la Paz en 1911. Periodista y fundador de Die Friedenswarte, publicación en favor de la paz mundial. Dirigió desde 1891 las sociedades en favor de la paz en Alemania y Austria. Austríaco.
Henri La Fontaine (1854-1943), Nobel de la Paz en 1913 por ser preconizador del procedimiento arbitral. Presidente del Senado de su patria. Presidente permanente del Buró Internacional de la Paz y fundador de la Liga Internacional de Intelectuales. Belga.
Léon Victor Auguste Bourgeois (1851-1925),
Nobel de la Paz en el año de 1920 por ser factor principal en la constitución de la Liga de las Naciones. Presidente del parlamento francés, Secretario de Estado y Presidente del Consejo de la Liga de las Naciones. Francés.
Aristide Briand (1862-1932), Nobel de la Paz en 1926, compartido con su hermano Gustav Stresemann. Abanderado de la idea de la Paneuropa, presentando el primer borrador en el año 1930 de su proyecto, la actual Unión Europea. Premier francés por 30 años, creador de la Ley que separa la Iglesia del Estado. Francés.
Gustav Stresemann (1878-1929),
Nobel de la Paz en 1926, Ministro de Relaciones Exteriores. Promovió la paz en Europa mediante la firma del Pacto de Locarno, y el Tratado de Berlín con Rusia, recibiendo la aceptación unánime de Alemania a la Liga de las Naciones. Alemán.
Ferdinand Buisson (1841-1932), Nobel de la Paz en 1927. Fundador y Presidente de la Liga de los Derechos del Hombre durante 13 años. Pedagogo, fue el impulsor del sufragio femenino, y baluarte en Francia y el mundo entero de la enseñanza laica. Francés.
John Boyd Orr (1880-1971),
Nobel de la paz en 1940. Médico, profesor y rector de la Universidad de Glasgow, dedicó su vida al estudio de los problemas de la nutrición y alimentación. Sus ideas dieron origen a la fundación de la Organización de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas, FAO. Presidente de la Unión Mundial de Organizaciones para la Paz. Escocés.
Cordell Hull (1871-1955), Nobel de la Paz en 1945 por su promoción de políticas de buena vecindad entre los pueblos de América, estimulando el comercio y promoviendo bajas tarifas de intercambio. Senador y Secretario de Estado, colaboró con la paz en el sudeste asiático. Norteamericano.
Léon Jouhaux (1878-1954),
Nobel de la Paz en 1951. Secretario General de la C. G. T. (Confédération générale du travail) consiguió la jornada de ocho horas de trabajo y remuneración de las vacaciones a los obreros franceses. Alarmado por la llegada de la guerra mundial, reunió a trabajadores de toda Europa, urgiédolos a unirse en una causa por la paz. Francés.
George Catlett Marshall (1880-1959), Nobel de la Paz en 1953. Militar, Secretario de Estado y Presidente de la Cruz Roja Americana. Autor de un programa sin precedentes de ayuda económica a las naciones desbastadas por la segunda guerra mundial, el “Plan Marshall”. Norteamericano.
La lista continúa, y la relación de la Masonería y la Paz no se detienen.
* por Gerardo Bolsico