Esteban Echeverría, poeta, escritor y político argentino del siglo XIX, es recordado tanto por su contribución a la literatura como por su participación en movimientos políticos de su época. Y también por su pertenecía a la masonería, faceta que influyó en su pensamiento y su obra.
Echeverría nació el 2 de septiembre de 1805 en Buenos Aires, en una época tumultuosa marcada por la lucha por la independencia y la consolidación de la república en Argentina. Desde joven, Echeverría mostró un gran interés por la literatura y la filosofía, y su participación en la masonería no fue ajena a este contexto histórico.
Echeverría fue iniciado en la masonería en Montevideo, Uruguay, en la Logia “Caballeros del Temple”, una de las primeras logias masónicas en la región. La fecha exacta de su iniciación no está claramente documentada, pero se cree que ocurrió durante su exilio en Uruguay en la década de 1830, cuando escapó del régimen de Juan Manuel de Rosas en Argentina.
La pertenecía de Echeverría a la masonería no solo marcó un aspecto importante de su vida personal, sino que también influyó en su pensamiento político y filosófico. Como muchos de sus contemporáneos, Echeverría abrazó los ideales de libertad, igualdad y fraternidad promovidos por la masonería, y estos principios se reflejaron en su obra literaria y su activismo político.
La influencia literaria de Esteban Echeverría es innegable en la literatura argentina y latinoamericana del siglo XIX. Como poeta, ensayista y narrador, Echeverría contribuyó significativamente al desarrollo del romanticismo en Argentina y dejó una marca indeleble en la literatura de su país.
Echeverría se destacó por su habilidad para capturar los paisajes y las emociones de su tiempo, así como por su capacidad para abordar temas universales como el amor, la libertad y la justicia. Sus poemas, como “La cautiva” y “Elvira o la novia del Plata”, reflejan su sensibilidad romántica y su profundo compromiso con la exploración de la identidad nacional argentina.
Sin embargo, es en su obra narrativa donde la influencia de Echeverría se hace aún más evidente. “El matadero”, considerado su obra maestra, es un ejemplo destacado de la prosa literaria del siglo XIX en Argentina. Esta obra, escrita en forma de cuento, ofrece una mirada cruda y sin concesiones a la sociedad argentina de la época, denunciando la violencia, la opresión y la corrupción que imperaba en el país.
La influencia de Echeverría se extiende más allá de sus propias obras, llegando a influir en generaciones posteriores de escritores argentinos y latinoamericanos. Su estilo literario único, su compromiso con la justicia social y su exploración de los temas más profundos de la condición humana han inspirado a numerosos autores a lo largo de los años.
A lo largo de su vida, Echeverría mantuvo su compromiso con los ideales masónicos de libertad y justicia, y su legado perdura como una inspiración para aquellos que luchan por un mundo más justo y equitativo. Su participación en la masonería, aunque a menudo pasada por alto, desempeñó un papel significativo en su vida y su obra, y merece ser recordada como parte integral de su legado.
“¡Cuál tu congoja sería! ¡Cuál tu dolor y amargura! Y no hubo humana criatura que te ayudase a sentir. Se malogró tu esperanza; y cuando sola te viste también mísera caíste, como árbol cuya raíz en la tierra ya no afianza su pompa y florido ornato: nada supo el mundo ingrato de tu constancia infeliz. Naciste humilde, y oculta como diamante en la mina, la belleza peregrina de tu noble alma quedó. El desierto la sepulta, tumba sublime y grandiosa, do el héroe también reposa que la gozó y admiró. El destino de tu vida fue amar, amor tu delirio, amor causó tu martirio, te dio sobrehumano ser; y amor, en edad florida, sofocó la pasión tierna, que omnipotencia de eterna, trajo consigo al nacer”
Esteban Echeverría
La cautiva (fragmento)