En el mundo de la masonería, el silencio del aprendiz es considerado no solo como una virtud, sino como un camino hacia la introspección y el crecimiento personal. Más allá de la simple ausencia de sonido, el silencio es una herramienta poderosa que permite al aprendiz masón comprender la importancia de escuchar, reflexionar y aprender antes de actuar o hablar.
Una de las enseñanzas principales de la masonería que en principio critican los aprendices, precisamente porque acaban de llegar del bullicioso mundo profano, es decir, de las tinieblas del mundo exterior, en donde están acostumbrados a no callar y expresar libremente sus ideas, es la disciplina del silencio, con la cual nuestra tradición pretende que sus adeptos se hagan más bien PENSADORES que HABLADORES, en el entendido de
que quien habla mucho piensa poco, mientras quien medita mucho habla concreta, pausada y profundamente.
El silencio masónico
El silencio en la práctica masónica no se limita únicamente a la falta de palabras. Es un estado mental que fomenta la observación cuidadosa, la escucha atenta y la comprensión profunda. Al sumergirse en el silencio, el aprendiz masón encuentra el espacio para explorar su interior, examinar sus pensamientos y emociones, y así alcanzar una mayor claridad mental.
Esta disciplina del silencio también cultiva la paciencia y el autocontrol. Al dominar la capacidad de mantener el silencio, el aprendiz masón ejerce un poderoso dominio sobre sus palabras y acciones, permitiéndole ser más consciente de su entorno y de sí mismo.
Los beneficios del silencio no se limitan al ámbito de la masonería; trascienden a la vida cotidiana. En un mundo lleno de ruido y distracciones constantes, el silencio ofrece un refugio para la calma y la concentración. Proporciona la oportunidad de conectar con uno mismo, encontrar la paz interior y desarrollar una mayor empatía hacia los demás.
En resumen, el silencio del aprendiz masón es mucho más que la ausencia de palabras. Es una herramienta para el crecimiento personal, la auto-reflexión y la conexión con el mundo que nos rodea.