COLUMNAS

“La columna dórica”

La columna dórica en la masonería tiene una relevancia simbólica profunda que conecta con los ideales de fortaleza, simplicidad y moralidad, aspectos esenciales en el desarrollo de la conciencia del masón.

Origen de la columna Dórica y su simbología

La columna dórica, el más antiguo y sobrio de los órdenes arquitectónicos clásicos, se originó en la Grecia antigua hacia el siglo VII a.C. Su diseño se caracteriza por una simplicidad robusta: carece de base, tiene un fuste estriado con un capitel simple compuesto por un ábaco y un equino. En la arquitectura griega, la columna dórica representaba la fortaleza y la pureza de las proporciones, conceptos que encajan naturalmente con los valores masónicos.

En la masonería, las columnas son símbolos fundamentales que representan tanto el soporte físico como el espiritual de la logia. Las columnas del templo masónico son pilares de sabiduría, fuerza y belleza, los cuales son conceptos esenciales en la construcción moral y espiritual del iniciado. La columna dórica, en particular, es asociada con la fuerza, uno de los tres pilares que sostienen simbólicamente la logia.

La Fuerza en la Masonería

El pilar de la fuerza en la masonería es un recordatorio de la necesidad de tener estabilidad y firmeza en la vida, así como en la moralidad. Se espera que el masón sea firme en sus convicciones, como la columna dórica lo es en su estructura. Así como esta columna soportaba el peso de las estructuras antiguas, el masón debe soportar las pruebas y desafíos que la vida le presenta, manteniéndose íntegro en su ética y conducta.

Desde la mirada masónica, la columna dórica simboliza la capacidad del individuo para ser un pilar dentro de su comunidad, proporcionando apoyo, guía y resistencia en momentos de adversidad. La fortaleza no se trata únicamente de fuerza física, sino más bien de una fuerza interior que es necesaria para mantener la estabilidad moral y espiritual.

La simplicidad y la sobriedad

Otra característica destacada de la columna dórica es su simplicidad. A diferencia de los órdenes jónico o corintio, que son más ornamentados, la dórica es simple y funcional. En el contexto masónico, esta simplicidad refleja el principio de humildad y modestia, virtudes que se espera que el masón cultive. Los masones aprenden que las apariencias externas no son lo importante; más bien, es la solidez del carácter y la pureza de las intenciones lo que cuenta.

Este concepto de simplicidad también está ligado al simbolismo de la piedra bruta, que es uno de los símbolos más importantes en los primeros grados de la masonería. El aprendiz, al igual que una piedra sin pulir, debe trabajar en sí mismo para refinar sus imperfecciones. La columna dórica, simple pero fuerte, refleja ese proceso de refinamiento personal que es central en la vida masónica.

La Columna Dórica en el Templo Masónico

En muchas logias, especialmente en los templos masónicos clásicos, la columna dórica tiene un lugar destacado en el diseño del espacio. Estas columnas a menudo se encuentran representando los pilares de fuerza que sostienen la estructura simbólica de la logia. Las columnas no solo son elementos decorativos, sino que también tienen un profundo significado espiritual y filosófico. En la ceremonia masónica, las columnas pueden simbolizar también los dos pilares del Templo de Salomón, J y B, que representan estabilidad y fuerza.

Además, el uso de la columna dórica en el diseño de los templos masónicos también refleja el deseo de los masones de conectarse con los ideales de la antigüedad clásica, donde la armonía, el equilibrio y la proporción eran vistos como virtudes esenciales.

La arquitectura clásica, con su énfasis en el orden y la simetría, inspira a la masonería en su búsqueda de la verdad y el conocimiento a través de un sistema estructurado y disciplinado.

Filosofía masónica y la columna Dórica

El ideal masónico de la construcción interior está reflejado en la columna dórica como símbolo de fuerza y simplicidad. La masonería enseña que el individuo debe ser capaz de soportar la presión y las dificultades de la vida con integridad, manteniéndose firme en sus principios éticos y morales. La columna dórica, con su robustez y resistencia, se convierte en un símbolo de esa fortaleza interior que cada masón debe aspirar a desarrollar.

Este ideal está profundamente conectado con las enseñanzas filosóficas masónicas, que promueven la idea de que cada masón está en un proceso constante de edificación personal. Al igual que los constructores antiguos utilizaban columnas dóricas para soportar grandes estructuras, los masones se ven a sí mismos como columnas de la sociedad, trabajando para apoyar y mejorar su entorno a través de sus acciones y su carácter.

El Equilibrio entre Fortaleza y Humildad

En el simbolismo masónico, existe un delicado equilibrio entre la fortaleza y la humildad, ambas representadas por la columna dórica. Mientras que la columna es fuerte y resistente, también es modesta y sin adornos excesivos. Este equilibrio es fundamental para el desarrollo masónico, ya que los masones deben aprender a ser fuertes en sus convicciones sin caer en el orgullo o la arrogancia.

Este equilibrio también está reflejado en la estructura organizativa de la masonería, donde todos los hermanos son iguales dentro de la logia, independientemente de su posición social o riqueza. La columna dórica, con su sencillez y fortaleza, simboliza la aspiración de los masones de ser pilares de la sociedad, trabajando por el bien común y ayudando a sostener el edificio moral de la humanidad.

 

La columna dórica en la masonería no es solo un símbolo arquitectónico, sino también una representación profunda de los ideales masónicos de fortaleza, simplicidad, humildad y resistencia. Su uso en los templos masónicos y su simbolismo dentro de la fraternidad sirven como recordatorios de las virtudes que todo masón debe cultivar en su vida personal y en su relación con los demás. Al igual que la columna dórica sostiene grandes estructuras, los masones aspiran a ser pilares de fortaleza y apoyo en sus comunidades, guiados por los principios de la moralidad y la integridad”