“Pedro era un hombre inquieto que afanosamente buscó el conocimiento secreto en varias escuelas, sin encontrar nada, y después de muchos años de búsqueda llegó a una logia masónica.
Pedro, pedía en silencio al Gran Arquitecto del Universo, que se le revele el Secreto Masónico, pero lo que encontró dentro de la Logia, eran para él cosas triviales y sin sentido, lo único que había odio era: llegará el momento que se revele ese secreto, eso logro mantenerlo un poco más tiempo dentro de la masonería, pero Pedro preguntó ¿pero cuándo será esto? Un viejo masón le contestó seguro, el Secreto Masónico se revelara en años venideros.
Entonces viajaré a esos años venideros, se dijo. Pedro pensó en buscar una máquina del tiempo, pues sabía de alguien que tenía una máquina que lo haría viajar al futuro, y así saber del Secreto.
Subió a la máquina del tiempo y se proyectó 300 años en el futuro, cuando llegó al futuro, fue para encontrarse entre los nuevos habitantes y se dirigió hacia aquella Logia, cuando entró, lo que encontró le sorprendió sobre manera. Había otro hermano aprendiz preguntando exactamente lo mismo que él hace 300 años, preguntando cuando se le revelaría el secreto masónico, a lo que le contestaban, se revelara en años venideros. Pedro, furioso se acerca diciendo ¡vaya, que gran mentira, yo he viajado 300 años en el tiempo y aún no se revela el secreto masónico!
Lo que no has entendido hermano, le contesta un viejo masón, que no es cuestión de irte y regresar varios años después a la masonería, lo que se te quiso decir en ese tiempo era, que son varios años de crecimiento gradual, de lento pero efectivo trabajo interno, de horas y horas de paciente esfuerzo por pulir la piedra de tu carácter, que solamente así se te revelaría el Secreto”
“La Máquina del Tiempo Masónica: Un Viaje hacia el Autoconocimiento y la Revelación del Secreto”
En la alegoría de Pedro y su viaje en la máquina del tiempo, encontramos una profunda lección sobre la naturaleza del Secreto Masónico y el camino del verdadero masón.
“El Inquieto Buscador de la Verdad”
Pedro, como muchos otros antes y después de él, encarna el arquetipo del buscador incansable de conocimiento y verdad. Su ingreso a la logia masónica marca el inicio de una travesía no solo física, sino profundamente espiritual. La masonería promete la revelación de un Secreto, un conocimiento esotérico que, en su esencia, está velado por capas de simbolismo y rituales.
“La Expectativa del Secreto Revelado”
Pedro, simboliza a los numerosos masones que anhelan la revelación del Secreto Masónico. Este deseo, aunque noble, a menudo es malinterpretado. Dentro de la logia, la promesa de la revelación del Secreto en “años venideros” no se refiere a un evento futuro específico, sino a un proceso de desarrollo personal y espiritual continuo.
“El Viaje en el Tiempo: Una Metáfora del Proceso Iniciático”
El viaje de Pedro 300 años en el futuro y su descubrimiento de que el mismo interrogante persiste, resalta una verdad esencial de la masonería: el Secreto Masónico no es una meta estática a ser alcanzada en un momento dado. En lugar de un conocimiento concreto o una revelación instantánea, el Secreto es una experiencia vivencial, un proceso de transformación que se desarrolla a lo largo del tiempo.
La frustración de Pedro ante la aparente falta de progreso tras tres siglos resalta una falacia común: la búsqueda del conocimiento externo sin el correspondiente trabajo interno. El viejo masón del futuro, al igual que los mentores de Pedro en su tiempo original, subraya que el Secreto se devela a través del crecimiento personal, el trabajo constante y la purificación del carácter.
“El Trabajo Interno: Pulir la Piedra Bruta”
La metáfora de pulir la piedra bruta, central en la simbología masónica, ilustra el arduo proceso de auto-mejoramiento. Cada masón es una piedra en bruto que, mediante la práctica de las virtudes masónicas y el trabajo sobre sí mismo, se transforma gradualmente en una piedra perfectamente pulida, apta para el Templo de la Humanidad.
El aprendizaje, la reflexión y la práctica de los principios masónicos constituyen el verdadero viaje en el tiempo. No se trata de desplazarse físicamente hacia el futuro, sino de avanzar espiritualmente a través del tiempo, perfeccionando el carácter y elevando la conciencia.
“La Revelación del Secreto: Un Proceso Continuo”
El Secreto Masónico, como bien señala el viejo masón, no es un conocimiento a ser adquirido de manera pasiva o instantánea. Es el resultado de un proceso continuo de autoconocimiento, introspección y transformación. La revelación del Secreto es, en última instancia, un viaje personal e intransferible. Cada masón debe recorrer su propio camino, enfrentarse a sus desafíos internos y trabajar incansablemente para pulir su piedra.
La historia de Pedro y su viaje en la máquina del tiempo es una alegoría poderosa de la búsqueda del Secreto Masónico. Nos recuerda que la verdadera revelación no se encuentra en un punto fijo en el tiempo, sino en el proceso continuo de crecimiento y transformación personal. El viaje de un masón es, ante todo, un viaje hacia el interior, donde el trabajo paciente y constante que nos lleva a la verdadera comprensión y sabiduría.
En la masonería, como en la vida, el verdadero Secreto no es un conocimiento oculto que se revela de repente, sino una verdad profunda que se devela gradualmente a través de la práctica de las virtudes, el autoconocimiento y el perfeccionamiento del carácter.
Así, cada masón, al igual que Pedro, debe entender que la clave para develar el Secreto reside en el trabajo constante sobre sí mismo, en la dedicación a los principios masónicos y en el compromiso con el camino del autoconocimiento.