“Leí en el diario qué hacen los masones en sus logias”, me dijo un tío ayer en medio de una reunión familiar. Ante su pregunta, le respondí: “Simplemente, buscamos ser mejores personas”. No quedó del todo convencido.
El hecho de que los masones celebremos nuestras reuniones con privacidad tiene el mismo propósito que cualquier otra organización civil: proteger y preservar la intimidad y los asuntos particulares lejos de aquellos que no son parte de la asociación.
Sin embargo, surge la pregunta: si buscan ser mejores personas, ¿por qué no ofrecen esta posibilidad a todos? La respuesta es sencilla. La masonería es una institución iniciática, lo que significa que no solo depende de la voluntad del interesado, sino que también debe contar con el interés de los miembros para seleccionar a esa persona. ¿Cuál sería el criterio para decir sí o no?
Educación y Formación Masónica
La Masonería es esencialmente una organización formativa para el mejoramiento del ser humano. Para lograr este propósito, es necesario que el interesado tenga un nivel mínimo de educación que le permita comprender y desarrollar el pensamiento abstracto. Esta cualidad es imprescindible, ya que toda la doctrina masónica se expresa a través del estudio simbólico.
El estudio de los símbolos y los rituales no es simplemente formal ni una repetición mecánica; no es una rutina o costumbre sin sentido. Cada reunión tiene un impacto en el interior del ser humano, transformándolo y permitiéndole crecer interiormente. Así, el rito y el símbolo representan ideas que van más allá de su apariencia formal.
Los rituales de cada grado deben ser estudiados en tres niveles. Primero, un estudio literario directo del texto con su significado corriente, el sentido exotérico del ritual. Segundo, mediante el significado simbólico de los términos utilizados. Tercero, una lectura esotérica para consolidar el mensaje en la mente de cada iniciado y llevarlo a la práctica diaria.
El Simbolismo y su Transformación Práctica
El simbolismo masónico no es solo teórico y especulativo, sino también práctico y operativo. El símbolo actúa en el interior de cada uno, pero solo en la medida en que se logre su comprensión. Tiene el poder de influir en la vida cotidiana con una profunda acción transformadora.
El trabajo especulativo que realiza el iniciado gira en torno al estudio, comprensión y explicación de los símbolos presentes en el ritual, con el objetivo de pasar del estadio especulativo al operativo mediante la incorporación del símbolo en la vida diaria. Al lograr percibir la realidad sin las limitaciones de la ignorancia, la superstición, el fanatismo y la ambición, es cuando la luz masónica se manifiesta.
La misión principal de la Masonería es enseñar la ley de evolución y progreso. No es posible entender verdaderamente la Masonería sin relacionar su sistema estrechamente con el proceso evolutivo de la humanidad.
El Camino de la Evolución y la Luz de la Conciencia
La Masonería simboliza, de manera representativa, el drama de la evolución humana. Expone el objetivo de la autorrealización individual y enseña el camino del crecimiento espiritual y las leyes que rigen dicho crecimiento. Sin embargo, cada individuo debe recorrer este camino paso a paso, ya que el progreso depende de nosotros mismos.
Este camino es una experiencia que nadie puede vivir por nosotros. No tiene atajos y requiere el roce directo con la vida, algo que ningún libro o maestro puede proporcionar. A diferencia de otros seres en el mundo material, el ser humano es único en su capacidad para tomar el control de su evolución. Puede acelerarla o retardarla, pero de cualquier manera, debe pasar por las tres etapas del proceso natural de síntesis que caracteriza la evolución:
1) La siembra de la semilla
2) Su germinación y crecimiento
3) Su fructificación como resultado de la fusión o unión de dos polaridades.
La Realización Individual y el Viaje de la Masonería
Estos límites establecen los principios básicos de estos tres grados evolutivos. En el ámbito de la evolución en conciencia, este proceso se dirige hacia la adquisición del elemento más valioso e importante para el hombre y la masonería: ¡La Luz! (conocimiento) Aquello que conocemos como la luz de la conciencia, una síntesis emergente de las experiencias vividas.
En cualquier tipo de evolución, son necesarios grados sucesivos de realización. En cuanto al desarrollo de la luz de la conciencia en los seres humanos, consiste en tres etapas, representadas en el sistema masónico por sus tres grados simbólicos.
La Masonería como Guía en el Viaje de la Conciencia
La masonería nos brinda ayuda y orientación para que nos volvamos cada día más conscientes de que nada puede detener el impulso que impulsa el progreso humano en su viaje de la oscuridad a la luz, de la irrealidad a la realidad, y de lo perecedero a lo imperecedero.
Para comprender lo que hacen los masones en sus logias, no es suficiente con leer títulos sobre nuestras actividades; es imprescindible vivirlo. Si esto no es preferible, tengan en cuenta que nada de lo que hacemos es vano o fortuito. Si parece así, si creen que carece de fundamento, es simplemente porque la superficialidad de sus costumbres aún impide la visión.